Al tiempo de fallecer Izanami,
Izanagi no dejaba de lamentarse y de añorarla hasta cierto momento en que
decidió ir a visitarla al Yomi ( Pais de
las Tinieblas o Tierra de la oscuridad ). Caundo descendió al País de las
tinieblas, de inmediato vio el palacio donde se encontraba su mujer. Izanami abrió
la puerta y se encontró a su esposo pidiéndole regresar para terminar de
construir el país terrenal. Ella se negó pues afirmaba que había comido los
frutos de esa tierra 1 Se dio la vuelta Izanami y le pidió a su
esposo que se marchase y que no la siguiera ya que iba a consultar a los dioses
de las tinieblas si podía marcharse. Izanagi lleno de curiosidad y rabia al ver
que podría perder a su esposa cogió uno de los dientes de la peineta que sujetaba su gran melena y le prendió fuego
para alumbrarse 2.
Con la sala iluminada pudo ver con claridad el
rostro putrefacto de Izanami así como de todas partes de su cuero expedían
truenos negros (en realidad se refiere a serpientes que viven en lugares
oscuros y húmedos) y gusanos con lo que Izanagi quedó aterrado y echó a correr.
Mientras huía esuchó entre sollozos a Izanami decir que la había ofendido y
llamó a las Furias (o Shikomé, eran hembras de gran fealdad) para capturarlo.
El dios tiró el lazo que sujetaba su cabello que se transformó en uvas las cuales fueron devoradas por las furias que
se detuvieron antes los frutos. Fueron enviados contra él los truenos
negros y soldados que fueron repelidos
por la espada de Izanagi que escapaba hasta encontrar tres melocotones lo
cuales fueron lanzados e hicieron detener a los truenos y los soldados. Izanami
decidió ser ella quien lo detuviera. Corrió furiosa tras Izanagi pero éste ya
se encontraba en la cuesta Yomo-tsu-hira
que hace de frontera del mundo de los vivos y los muertos (situado en la región
de Izumo) donde colocó una enorme roca que sólo mil hombres podrían mover para
protegerse y bloquear la salida al mundo de los vivos. En la otra parte de la
roca Izanami exclamó:
-“¡A partir de ahora haré que
mueran cada día un millar de los vasallos de tu reino!”
A lo que el dios replicó: -“¡Pues
yo daré nacimiento a mil quinientos cada día!” 3
Entonces Izanagi volvió al mundo
de los vivos y se dirigió hasta el curso medio del río Tachibana a purificarse
de la oscuridad que aún quedaba en sus ropas y cuerpo. A medida que se
desvestía e iba realizando el ritual de purificación con agua del rio, daba
nacimiento a una gran cantidad de dioses. Fue al introducir su cara en el agua
cuando nacen tres dioses de gran importancia para la historia y la mitología
japonesa.
-Al lavarse el ojo izquierdo
apareció su augusta hija Ama-terasu-ou-mi-kami,
(Amaterasu)
-Al lavar su ojo derecho apareció
el augusto hijo Tsuku-yomi-no-mikoto
(Tsukuyomi o Tsukiyami)
-Finalmente, al lavar su nariz
apareció su augusto hijo Take-haya-susa-no-ou-no-mikoto
(Susanowo o Susano’o)
Izanagi cogió un collar de
cuentas que agitó y dio a Amaterasu
con las siguientes palabras:
-“Tú gobernarás el Altiplano del
Cielo”
Se dirigió a Tsukuyomi: -“Tú gobernarás el mundo de la
noche”, se dirigió a Susano: -“Tú gobernarás el ancho mundo de los mares”
1 Se
debe a una antigua creencia en la que si comes de algún sitio o con alguien ya
perteneces a ese lugar.
3 Mediante esta discusión se pretende dar una explicación a la demografía en Japón.
Esta será la última entrada durante mucho tiempo, seguramente hasta el 23 de Enero porque un servidor ha recibido sus "vacaciones" en las cuales tiene que estudiar para los exámenes de la universidad. Espero que os haya gustado.
FELIZ NAVIDAD
Bibliografía:
Rubio, C., Tani Moratalla, R., Kojiki, cronicas de
hechos antiguos de Japón, Madrid, 2008, pp. 62-68.
Anesaki, M., Mitología
japonesa, Edicomunicación, Barcelona, 1996, pp. 27-29.
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